Juguetes hechos con madera o incluso muñecas de trapo. Todos los juguetes que hubieras usado tú de pequeño, o tus padres y abuelos, son válidos para una habitación infantil romántica. Una vuelta al pasado centrándose en piezas que se convierten en parte de la decoración. Una cocinita o un viejo caballo de madera serían ejemplos perfectos.
Una de mis opciones favoritas. Las pegatinas para pared, esas grandes desconocidas. Son como los vinilos y puedes repartirlas como quieras. Su colocación es muy sencilla y podrías hacerlo junto con tus hijos ¿hay una pared más especial que esa que han decorado ellos?
Ahora bien, recuerda que los papeles pintados demasiado cargados podrían empequeñecer las estancias. Si vas a colocar uno, quizá sea mejor reservarlo a una pared. En la zona de juegos, por ejemplo, o bien en la que descansa el cabecero de la cama.
La combinación de colores sobria y elegante es a la vez divertida gracias al dibujo elegido con la casita, el sol,… Por cierto, el material funciona también con efecto pizarra, para que los niños tengan también un espacio creativo que tantísimo les gusta ¡y necesitan!
Si encuentras colchas o sábanas, quizá cojines, con estampados florales, lánzate a ellos. Serán el complemento perfecto para estas camas.
La papiroflexia siempre me ha fascinado. Verdaderas obras de arte hechas únicamente con papel. Hay figuras más sencillas que otras, pero está claro que, si nos decantamos por una, y somos capaces de reproducirla unas cuantas veces, podemos obtener resultados tan impactantes como este. Una cama infantil sobre la que vuela un conjunto de aves de papel. Encantadora y delicada a partes iguales.
Un rincón de la casa que invite a la creatividad y al juego. Te traigo 5 imprescindibles para una habitación infantil divertida. Evidentemente, no están todos los que son, pero puede ser un buen comienzo.
El recurso de las montañas es perfecto, pero no es la única transición de color que puede quedar bien. Usar cenefas, ya sea con piezas de escayola (como en la imagen) o con papel pintado, hará que la unión entre los colores sea mucho más agradable.
Los papeles pintados nos ayudan a incluir colores vivos en las estancias de una forma muy armónica. Pensad en el verde que Pantone defendió, durante el último año, como color de temporada. Sí, la decoración tropical y exótica es una constante ¿por qué no incluirla también en la habitación de tus hijos?
Las baldas y estantes son también una excelente opción para exponer los dibujos de tus hijos. Puedes colocar una encima del escritorio o quizá sobre la cama, a modo de cabecero. En estas baldas, podrás ir situando, poco a poco, los mejores dibujos de tu hijo, de forma que puedan ser una fuente de inspiración para próximas obras.
Bea asegura que tanto Lila como Tom toman partido de la decoración. Así, en este caso, la niña ha querido llenar una pared de cuadros y recuerdos, igual que en el cuarto de estar de la casa. No obstante, en esta ocasión lo hizo a su modo y con sus propios recuerdos.
Si encuentras colchas o sábanas, quizá cojines, con estampados florales, lánzate a ellos. Serán el complemento perfecto para estas camas.
A ellos no les cuesta esfuerzo meter los juguetes en su interior, y decorativamente hablando quedan perfectos en cualquier rincón. Lo más interesante es que, desde que se pusieron de moda hace algunos años, han surgido un sinfín de casas que los comercializan. Encontrando así una amplia variedad de modelos que podrán encajar con la decoración de la habitación de tu hijo.
Sí, un niño no pesa demasiado, pero siempre hay que prevenir. Una buena sujeción y un columpio cuyo material no sea extremadamente pesado, como maderas ligeras o incluso tela, podrían ponerte las cosas un poco más fáciles.